Buscando la excelencia del producto final
Con la certificación de productos, una Organización pretende demostrar al mercado y a los organismos reguladores que éstos cumplen los requisitos de calidad definidos en una o varias normas o, también, en reglamentos legales nacionales e internacionales.
Un organismo independiente o de ‘tercera parte’, como es ACCM, verifica y asegura que los productos suministrados son conformes con las exigencias técnicas exigibles según la normativa aplicable. De hecho, la realización de evaluaciones por entidades de certificación de producto acreditadas, que conceden distintivos o marcas de calidad, es el sistema más aceptado para generar confianza en dichas marcas y, por tanto, en la calidad que representan.
La certificación de producto, pues, es un paso más allá respecto de la certificación de Sistemas de Gestión, ya que suele llevar implícitas múltiples actividades de evaluación, tales como inspección de procesos de fabricación, ensayos sobre muestras tomadas por la entidad de certificación, y, en ocasiones, auditoría del sistema de calidad, todo ello en función del producto a certificar.
Actualmente, en ACCM trabajamos en dos grandes áreas: la certificación de Equipamientos y Áreas de Juego, y el sector Agroalimentario: